A fé mía que el calor es de altos vuelos sobre la planicie de Pochutla
evapora los charcos y el resto del alma que es líquida
pero desde esta muralla seguimos diluyendo los vestigios sólidos de un canto
que fragmenta y desordena
las ondas inclementes del bochorno
A fé mía que respiramos
8.11.05
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