Una olla de un poco mas vaca que carnero, lentes de miralejos con propaganda de los sueños utópicos algo siglo veinte; Mester del chicharrón, de ser posible con sus gotas de limón y chile coxle en salsa, un cono de huevos revueltos y kilo de tortillas; papada a la Murillo o más recién Guayasamín; ímprobo mono de Zúñiga con todo y mujer, tres hijos. Alergias: huevo con jamón, polvo sucio, calzones de la Monroe, mujer si no hay. Marinero en tierra-do, ex-convicto de la poesía modernista, de la novela romántica y el trepidante boom comalense y sanmariano. Ha jurado fidelidad absoluta a: Salgari, Wilde, Neruda, Pessoa, Walcott y Lorca, entre otros; le es infiel por seguridad estética a Juana Inés, La Loynás, Silvia Tomasa y la gorda Margot. Almira a Martínez Rivas, Guillén y todo lo que huela a Sancho de apellido Quezada o Cervantes.
2 comentarios:
Vale,yo nada mas me acojo al del Quixote y ya. Ese me queda, y el suyo es bueno, falta su veta musical.
Pensandolo bien tambien me podria suscribir al gigante egoista y al principe feliz, y aun al amigo fiel.
Molto bene.
Chido, pues Heredia, la trova cantinera, las rezadoras, don Ata, don Alvaro
faltan : He venido por la senda, que alegre y fresca la mañanita, cosecha de milagrerías que sólo son deseos de las palabras...
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