
En el caracol se acuña la delgada armonía del mar
su paso sosegado es lo más próximo
un atabal resuena al fondo
para marcar el compás del tiempo
las olas en su ir y venir
definen la intensidad del acorde
y su juego es el canto de la melodía
el caracol la sabe de memoria
En los pueblos no es el hombre quién llama
es la voz del mar
ese dios azul e impertérrito
asumió el encargo de la vida
elaboró su boceto sobre el litoral
y el primer momento
fue de mudo estoicismo
cantó los preludios de rojo
sobre un fondo incuestionable de aura verde
un breve pulso de arrebato y furia
resuelta en ternura
propició la vida
El caracol nos guarda ese testimonio
en los guarnes profundos de su laberinto
los primeros pasos del hombre
sellados sobre la arena primigenia
los balbuceos del asombro
vertidos en oscura poesía
Sin embargo algún día
todo volverá a inhibirse
en el caracol de la fortuna
y sólo quedará la huella de lo que pudo ser.
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