
¿Has imaginado alguna vez el mundo sin café y sin galletas de animalitos, sin playera remendada y pantalón corto con la bolsa rota, sin sombrero de palma ni mujer?
No caigas en la provocación zaramullo, no puedes ir más allá de la rompiente bermeja, hasta ahí te señalaron el límite, el estero y la bocabarra son tu hábitat.
Rehúsa las maravillas de un mundo distinto, estás a tiempo; no abordes, zaramullo, acógete a la amnistía solidaria del manglar, a la silueta de su luna.
Pelechan aquí tus sueños y tus vigilias, cangrejo mierdero, sietevergas. Ya el amor una vez te dejó como escoba de patio, ya una vez te moriste, burro.
Además, siempre nos harás falta, buey. Ninguno de nosotros se sabe de bien a bien El Poema Veinte ni
No hay comentarios.:
Publicar un comentario