30.1.07

Alucinado.


Llegaste a la valla de madréporas, Chamán y descubriendo el río de música que brotaba de las manos de Héctor Díaz, se te antojó ese brebaje que aquieta a las bestias, transforma a los constantes e inhibe las espinas de la nostalgia. Chamán, y como decíamos, Arodi no toca el sax, toca el cielo con el y hace suspirar a las estrellas con un entreacto de metal dorado. Ornel, me dijiste, es otro asunto de bases graves cantando. No, no es suficiente el rol de de la zona donde se maniobra con los pertrechos del tono de Fa Chamán,con Ornel no compañero, el bajo se expande en florituras hiperchidas dirías tu. Ya Tlalok, con su voz sonora, algo tiene que ver el que ande ahí por los nortes sembrando azucenas. Enmanuel, bataco y Lucio tumbero, redondean el calibre de tu alucinación, Chamán menor. Por eso desde esa valla de madréporas saludas a las visitas inconstantes del Guarumbo; nuestros queridos piratas del espacio tonal. Salud Chamán. Vale verga. Salud

1 comentario:

Eusebius dijo...

!!!Poseído!!!

Por la música que fluye
hacia la mar de mis emociones.

Son notas
que desihiben
son notas
que me alucinan
Son Fusión
que hacen fisión
en el atormentado corazón.

Uno jazz tá ebrio...
el alcohol sólo despierta el alucín que de por sí.

Chingón chaman!!!