4.1.08
Miedo mular.
En la amplia clasificación que el docto Rules hace de las zoofobias, encontramos una que explica el marasmo de Eusebio Villalobos, condestable de la ordalía del hepteto variable de cuerdas bien temperadas de la bienamada Santa la Verísima. No obstante la sonrisa en el rostro y la motivada barba porril, el miedo hace presa de él, en un trance definitivo. Asegura Rules, que este es un temor atípico que solo se manifiesta en condiciones ambientales muy singulares: el sol debe estar exactamente en su tercio celeste, la temperatura ambiente debe coincidir con la media anual y, el de mayor significado, las acémilas deben empalmar en temperatura corporal, cuyo promedio estará por encima del registro más alto de la fovíctima (Anales del temple). Entonces estamos ante un hecho sublime, por único. Acá, nos dijeron que ellos le llaman Miedo mular y, que sí, es raro.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
Me afeitè la barba porril, aunque tomè muy en cuenta a la hora aquello de que las barbas fueron siempre, dicen, solaz de doncellas. Curiosa foto. La pierna izquierda se ve màs larga que la derecha. Creì en principio que era por que la apoyè sobre una piedra. A ùltimas fechas el mèdico especialista en los huesos (Traumatòlogo)me ha dicho que efectivamente, la izquierda es màs larga. Por un centimetro. Yo podrìa ser bugs buny, por mis dientes. Cayò un rayo en piedra de moros. Ultimamente, profesor, la gente muere màs por la caida de los rayos. Una muerte absurda dirìa Nabokov. Tres ninfulas en bikini ayer en chahuè. ¡Son unos pederastas! Cuidate pues pinche Fer, a ver si no matò a alguièn ese rayo.
Publicar un comentario