5.4.09
Frontera
A esa frontera van los huérfanos de guerra
con sueños que ha derruido la metralla.
Se calientan con escorias de madera
y trozos de papel ardiente:
en sus tiernos corazones la humanidad empieza a concebirse
limpia de egoísmos y de falsas memorias.
A esa frontera llegan los niños abandonados
ahítos de leche amarga e infortunio, buscan
una última ración de esperanza,
en los reducidos espacios de esa espera.
Que el tiempo ilumine sus rostros
con una emigración de pájaros alborotados
y el sol les cante una loa
en su piel de frío.
Que la vida dé apremios a quienes han decretado
su orfandad.
Que yo los halle en mi corazón hoy para siempre.
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