22.2.09

Réquiem para una página 1, 2 y 3


Réquiem para una página ( 3o. y último)

En realidad para conocer Costa Chica, hay que conocer a Bucho Noyola, Macario Luviano, Morga el armonista de los diablos quizadeños, Esteban Bernal y, aunque usted no lo crea, a Tony Camargo y a Mongo Santamaría. Eso aprendí yo en las entradas propicias de Afromexicanos. El concepto de nuestra identidad ligado a la cultura universal, la inclusión como insignia, en un medio donde a veces se confunden abolir con discriminar o segregar con liberar. Entes de razón se hacen llamar los entendidos, y reclamantes del derecho quienes reivindican negritudes e indianidades, desde posturas cómodas, o más bien desde imposturas. Y llegaban a las canchas de Afromexicanos a colgar sus banderas impertinentes, sin una excusa para el casero. Pero eso ya es historia. Nuestro amigo dilecto Beñiga Añorve Matatoro, opto por armarse un tapanco, para resguardar sus florestas y sus marismas, una armónica, un bote y una charrasca, para seguir azuzando a los diablos de la sobrevivencia. No deja de ser un acto generoso, inteligente, razonable. Nada mejor que un tapanco para husmear los territorios de nuestros afectos, sin legalismos, imposturas y arrebatos místicos de shopping y tabledance. Lo que se quiere se vive, se lucha, se milita, los aspavientos solo se sustentan en la teoría de la desgracia. Por último, también a mi me satisface ser afroindio o yope, no hay mejor condición para aquel que se empeña, desde el yo, en un reconocimiento de sus valores culturales, de la mano con César Vallejo, Nicolás Guillén, Derek Wallcot, Rosario Castellanos, Agustín Barrios Mangoré, Gabriela Mistral, Cresencio Salcedo, Benny Moré, Juan Rulfo, solo por citar a algunos y algunas, imprescindibles a la hora de pulsar el rumbo sobre la cartografía extensa de nuestros valores fundamentales. Como ven este es el tercero y último, no adiós, sino bienvenida a una etapa que seguirá marcada por el aprecio, la disposición y la voluntad. Pasen, están en su casa. ¿Una agüita? ¿Ya almorzaron?


Réquiem para una página (2)

En estos días Diana se fue de casa, cierto, con nuestra anuencia, pero se fue de casa.
Su risa de armónico sobre el segundo grado de sol, ya no es frecuente aquí.
Veintidos años duraderos y constantes, hoy abren un receso a voluntad y a mi esto, déjenme decirlo, me puede.
Diana es la niña que yo prefiero, algo así como la cómplice de mi ternura, una dulce abejita portadora de mieles y fantasía. Se fue, y en esta casa hay una ausencia que cuesta trabajo disimular. los corazones de mis otros dos retoños, palian lo que pudiera ser una gresca con el ánimo, pero de todos modos, la ausencia. Diana emprende el camino, entonces por su cuenta y yo aquí muy pendiente
para salir al paso cuando las circunstancias lo requieran. Ella misma me enseñó a entender estas cosas y siempre fue y será mi barquilla de auxilio cuando arrecie la tormenta. Con ella aprendí a nominar las cosas de diferente manera, aprendí que el cielo puede ser el petate del sol, por ejemplo y que la luna camina sin descanso para que dure la noche. pero sobre todo para mi fue primordial el sol benigno de su compañía. Por eso yo le decía "Compañerita" para decirle hija, hermana, amiga...
Disculpa, Añorve, es también tu página, carajo... carajo.




Réquiem para una página
dona eis réquiem sempiternam


Lo mejor de él es su baile fársico
que pocos conocen
por no haber pisado el andén
de los espejos ustorios del mar
y traje estos mudos alcatraces señor
son mi proverbio
por la tarde iremos a buscar todas las haches
que no la llevan jota ka
la felicidad no es facilidad
También la entropía
va con cortarse el cabello
masturbarse el bigote
pero cualquier ocurrencia
no riñe vamos
con los rescoldos de buen cran
el mar es una gran bañera para echar
dos barquitos de papel y sendos
la imaginación que más da no es obligatoria
asumo esta botarga
para no escribir
a lo que me obligara el título de este concepto
usted mejor que yo sabe

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