10.7.09

Pulgas














Donde hay perros hay pulgas, dice el refranero de Antequera. En casa hay un batallón de estos indecentes animalitos, que escogen los barrios bajos del cuerpo para hacer de las suyas. Para entrar en confianza con ellos, primero hay que ganarse el cariño de los perros, aceptarlos como fieles amigos. Los perros son el medio de transporte más idóneo para las pulgas, que también se saben trasladar motu propio. Hoy por la mañana me percaté de mi manifiesta condición de empulgado: al incorporarme de la cama para ir la baño, una nube de ingrávidos animalitos se apeó de mi basta humanidad. Vi claramente como formaron el anillo de Moebius, para desalojar mi cuerpo y mis orejas. Después no supe más de ellas, tal vez sean parientes lejanísimos del vampiro, que de día es imposible de ver. De ahora en adelante voy a obrar con más prudencia, procurando que Pull no se me suba a las rodillas, y que Arenita no tome mis corvas como mullido sofá de cuero fino. Apa, permiso, voy a tomar un baño antes que me ponga de pocas pulgas, que sería lo mejor. Por lo menos ya les puedo contar lo que es pasear mis sueños en una nube de... pulgas.

No hay comentarios.: