15.5.11

Palinodia del gis

“Espíritus angostos son aquellos a quienes les place la situación en que vivimos. Anhelan que está sea definitiva, porque ya hubo guerras emancipadoras y gozamos una patria ideal. Los ha habido y seguirá habiendo en todos los tiempos y en todos los espacios. Les espanta la movilidad social y se excusan en las bondades de un mundo oportuno y ordenado, el que quieren vivir. Con las líneas anteriores, ya me ocupé demasiado de ellos; por eso mi reflexión, a partir de esta enunciación, ya no los tocará más”. (Usbelo de Apanune)

Al maestro se le hace responsable de todos los males del mundo, se le juzga con severidad, se le tortura con burlas y denuestos. Para mí también ya es un hecho sabido y conocido que, en el hígado de muchos, los varones no pasamos de proxenetas y las mujeres de prostitutas, en este gremio. No sé hasta donde haya sido negativa la experiencia con los maestros, de aquellos que los agreden y descalifican o, en algunos casos, de otros que les cuelgan un muertito del cual la conciencia no se quiere hacer cargo. También me parece injusto que, a través de la insolvencia intelectual y moral de algunos, se generalice una condena a todos. Es inaceptable, absurdo, por ejemplo, que queramos endilgarle al maestro la responsabilidad de nuestra ineficiencia al escribir: aquellos textos incoherentes y lombricientos de anfibología son responsabilidad nuestra, por la falta de un ejercicio responsable de lectura y escritura; máxime si lo que más odiamos del maestro, es su obstinación porque hiciéramos de la lectura un compromiso de vida. No hay que discutirlo, el texto que estoy escribiendo pone de manifiesto mis posibilidades y limitaciones en el terreno de la redacción, y es de mi completa responsabilidad; así como la intranquilidad o sosiego de mi espíritu es responsabilidad del hogar compacto o disperso, donde me enseñaron a amar… o a odiar. Para evitarnos esos escolios del intestino propongo, a iniciativa del Cabildo de la Santa y reverenda Cruz de La Sagrada Ventanilla, que a partir del próximo 15 de mayo, celebremos “El Día del Mango” por lo que esta fruta tiene de sapiente y considerada; magistral es su presencia a contrapecho de la fronda que la auspicia en el virgen territorio de los sentimientos vegetales; la didáctica pre-holística tiene en sus amarillos melódicos, una base sustantiva para el desenvolvimiento, en perspectiva, de los cánones irrefutables del sentido y la interpretación. Ya estaría de Dios si, como consecuencia de esto, nuestros genes preteridos en algún tubo de ensayo la agarraran contra el mango, como pérfido padre putativo. Hoy mi enojo es alegría porque amo, en la saudade inescrupulosa de mi alma doméstica, a cada uno de los destinatarios de esta rústica prosa, que no amerita contracantos ni simpáticas fobias, por lo que tiene de indulgente y descuidada. A los que, legítimamente, tienen por aspiración el cielo, les puedo contar como es el infierno; a los que pretenden lo contrario, no les puedo decir nada porque una unción, extrema y detergente, excomulgó las manchas de la idolatría en mi ropas internas. Aprovecho la ocasión para recomendarles “Todo modo” de Leonardo Sciacia… “Me explico: la cosa más seria que han descubierto los estudiosos de la psicología infantil, entre muchas que no son serias, es la denominada ley de la repetición de lo semejante o de lo igual, no recuerdo bien.” Además opino que Javier Sicilia es mi padre, mi hijo, mi hermano.



2 comentarios:

Jaime Ignacio dijo...

De acuerdo, Maestro Fer. Además de felicitarte, te aseguro que el próximo 15 de mayo, yo y mi pequeña cofradia celebraremos el Dia del mango.

Fernando Amaya dijo...

Ora Jaime, un saludo.