20.5.12

Sobre gobiernos, plátanos y conjuntos vacíos

Eran las tres de la mañana del lunes 5 de julio del 2010 y, como correspondía a mi función de representante general de la coalición de partidos anti-pri, anduve afanosamente reuniendo las actas de mi sección electoral, después de haber asistido a una comunidad enclavada en la baja Sierra Sur, distante de la mía como tres horas. Los resultados preliminares le daban ya el triunfo a un señor de nombre Gabino y apellido Cue que, no por mera coincidencia, era también mi candidato; y lo fue en el 2004, y lo fue en el 2006, cuando ascendió a Senador de la República. No hay rectificaciones ni arrepentimientos finalmente, más allá de las personas, nos movió el interés de buscar para Oaxaca mejores expectativas, en lo político, social y educativo. No quiero pecar de ingenuo si confieso que, allá en los altos de la cordillera, donde los amigos dicen que me la pasé todo el día comiendo puro plátano perón, tuve la esperanza de que ahora las cosas podrían ser más halagüeñas en la relación de los maestros con el gobierno del estado y de manera particular con el Gobernador; incluso la gran posibilidad de recesar las movilizaciones, merced a la certeza de un diálogo permanente y constructivo; pero está visto que no fue ni será así, tomando en cuenta las motivaciones que orientan la decisión política del titular del ejecutivo estatal. No es difícil reconocer estas motivaciones echándole un ojo a su gabinete; el Señor Gabino no asumió compromisos con el pueblo que lo eligió, incluyendo en su equipo a oaxaqueños de valía, que los hay y en cantidad suficiente; de manera particular en el IEEPO, dónde no sólo se debe administrar la Educación Pública en Oaxaca, sino, de forma categórica se debe estar construyendo un gran proyecto educativo acorde a las necesidades y expectativas de nuestra comunidad, no lo hizo. Allí también como en los demás espacios, pagó lo que él consideró una deuda política con la élite que detenta el poder económico de la entidad, sin descartar a emisarios del pasado y priistas decimonónicos. A estas alturas, aunque no le rindan resultados, los sostiene empecinadamente, por la especie sostenida en esta reflexión. Con el atisbo de confianza que ya les he comentado, me di a la tarea de plantear las necesidades de la escuela bajo mi responsabilidad; se pueden catalogar en los siguientes aspectos: Rehabilitación de la Malla Perimetral, Impermeabilización de Techumbres, Reparación de la Red Eléctrica y Dotación de Equipos de Cómputo. Quiero señalar que esta Escuela, la Técnica No. 52 de Puerto Ángel, fue despojada en 1992 de su antiguo edificio donde funcionaba con servicios de internado, por Heladio Ramírez López, para “economizar” el establecimiento de lo que hoy es la UMAR. El problema es que a la Secundaria la construyeron en un área de deslaves, a merced de los sismos y huracanes. A ese respecto se ha informado, oportunamente a las autoridades municipales y del IEEPO. Con el candil de la conciencia y el compromiso, fui a pedir la intervención del titular de Planeación en el IEEPO, porque conozco desde hace años la rutina itinerante que hay que recorrer en las subdirecciones para que, al final, la solución a lo planteado sea un espacio vacío inserto en otro de la misma índole. Ni me peló, así de gráfico, me regresé del mundanal ruido y ahí debe seguir el planteamiento en espera de la siguiente cruzada o revolución industrial. Consigno esto porque, precisamente en mayo, vienen las descalificaciones y los vituperios en contra de los maestros oaxaqueños. Qué si revoltosos, qué si flojos, ignorantes y más etcéteras. Cué, si en algo nos estimara como dice, desde el principio hubiera consultado y diseñado una estrategia para favorecer la situación de la educación en Oaxaca, con políticas claras y comprometidas, de cara al pueblo que lo eligió. Ahora el nudo está hecho y se necesitan dos pares de manos para deshacerlo, más voluntad y certidumbre política. ¿O es que vamos en el mismo barco, pero remando en sentidos dispares? ¿Con un planteamiento rotundo y consistente no podríamos alejar de la entidad al fantasma ominoso de la ACE, preludio inequívoco, al desmantelamiento de nuestra preciada educación pública, ejemplar e histórica? ¿Quién lo va a esclarecer? ¿Los insolubles responsables del IEEPO? ¿La Dirigencia Seccional que bien sabe firmar anexos técnicos y galimatías? ¿Tendré que subir de nuevo a los altos de la Sierra Sur, para invocar los espíritus de Vasconcelos, Bradomín y Basilio Rojas, en la tentativa de recobrar la esperanza y rescatar la confianza que se esfuma?

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