24.7.07
NAS
Ya hice de tu alma un foro con noches y recuerdo concurrentes. De Cuajinicuilapa a Marquelia, el camino es más largo de regreso. Sin apresurarme fuí colocando en el anaquel inmediato de la memoria, los pronósticos de nuestra vida en común. En el amor no hay verdades ocultas, el amor es resuelta evidencia (Primer pronóstico). Palpitabas en el corazón verde de la costa, como una luna negra atacando el candombe azul del mar. Con giros voluptuosos, en una comparsa de diablos, propiciabas con enérgicos golpes, de la tierra, su sangre agreste. Morena, por esta cruz, no encuentro la forma para evadirme de tus brazos. Me hurgan como dogal benigno, guinda de nubes y estrellas. Cuanto diera por conocer el fondo de la vida, para explicártela. Pero sólo sé que se vive (Segundo pronóstico). La vida y su sal endeble regada sobre faenas de recala. A pesar de todo, mis manos son un ande florido recogiendo, para ti, conchas y cascabeles en la extensa ribera del sur. El mar no tiene dueño (Tercer pronóstico). Los espacios donde anida el deseo, nunca entran a finiquito. La experiencia es un fierro candente, nadando en aguas de buen temple.
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